martes, 28 de febrero de 2012

La Ciudad de los Dinosaurios



ERLIAN 

Erlian era el padre del Rey Tirian, y el sexto Rey de Narnia, en la línea sucesoria de Rilian, según las Crónicas de Narnia. Y podría ser así pero la realidad se nos presentó bastante diferente. Porque uno amanece en Erlian, con ganas de ducha, desayuno y un poco de aventura después de doce horas de trayecto en el tren. Pero en este tren no hay ducha, no hay tiempo para desayunar relajadamente; solo hay tiempo para correr y salir del tren lo antes posible para esperar la llegada de nuestro “gran tren ruso”.



Estamos todavía en china, en la ciudad fronteriza con Mongolia y en el preciso punto donde hay que cambiar de tren ya que el ancho de vía es mayor en Mongolia y Rusia, que en China. En Rusia el lancho es de 1520 mm y en China se mantiene el estándar que es de 1435 mm. Y la salida de tantos pasajeros de golpe en una estación de una ciudad de no más de 16.000 habitantes resultó algo caótico pero divertido a la vez. Empezó a llover y no había donde resguardarse así que todos seguimos “hacia adelante” entre risas y empujones.

¡Y ojo con pisar la línea amarilla en el suelo! Ojo con ello porque los guardias chinos estaban la mar de atentos para evitar que nadie traspasara esa “delgada línea amarilla”. ¡Amarilla tenía que ser!



Durante un buen rato reinó un auténtico caos entre los más de cientos de pasajeros del Transiberiano. Y es que ni tan siquiera las guías parecían estar seguras de hacia dónde había que ir. Pero aún así había mucha curiosidad y expectación por ver “nuestro tren ruso” que finalmente asomó a lo lejos acercándose poco a poco por la vía.








En Erlian no hay nada que hacer y prácticamente nada que ver pero como había que esperar a la limpieza del tren pues las excursiones estaban preparadas. La principal nos llevó al parque Er Enhot, plagado de réplicas de dinosaurios.







El hallazgo de estos animales prehistóricos tuvo lugar en 1999 y fue tan renombrado e importante que se decidió crear un gran parque inaugurado finalmente en 2006.De los restos no queda nada, ya que todos fueron a parar al museo nacional de arqueología, y en su lugar se han construido grandes réplicas de estos feroces depredadores prehistóricos.







Teniendo en cuenta que nos encontramos en medio de una estepa sorprende realmente la imagen de las figuras del Rex o del Velociráptor de la misma forma que sorprende esta ciudad construida en medio de la nada. Claro que siendo una ciudad fronteriza tiene su razón de ser y en las afueras asoman tímidamente barrios modernos.






 En Erlian no hay gran cosa pero destaca sobre todo la gran mezcla entre lo chino y lo mongol. Algo que se traduce en seguida en la cocina. Después de varios días en China sin ver pan, descubrimos de nuevo este excelente alimento, además de un tocino cocinado al horno de lo más exquisito.




 






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